lunes, 30 de octubre de 2017

LA BALANZA


¿ Porqué a la Zona Alta de Puno, La Libertad, Comas, se le conoce como, La Balanza ?

La historia comenzó con una balancita denominada de “aguja” en el tiempo inicial de la “invasión” de Pampa de Comas en el año 1959.
La actual avenida Puno, era sólo una quebrada llena de piedras y tierra. El jirón La Habana no era ni la sombra de lo que presenta hoy.
Precisamente en la intersección de estas dos calles, la familia Torres Cabello hizo más que una chocita; creó un pequeño negocio de abarrotes que por su reducido espacio hacía necesario poner los productos en el frontis. El arroz, azúcar, harina, fideos, “quaker” y demás comestibles eran pesados en una balanza “Berkel” colocada a la vista del público.
Poco a poco los pobladores empezaron a tomar la tiendecita como punto de referencia por eso empezaban a hablar de “la tienda de la balanza”, toda una novedad en el cerro, en el medio de las chozas y piedras.
Luego por la economía de palabras, todos hacían referencia solo a la balanza: “eso queda a 80 metros de la balanza”. Los vehículos de transporte que llegaban a la zona, colocaban letreros que decían “La Balanza”.
No transcurrió mucho tiempo para que todo el mundo hablara de “La Balanza”. Posteriormente, por extensión, el barrio entero quedó con ese sobrenombre. Púes el nombre legal es La Libertad (entre el tercer y cuarto sector).
Tras la enfermedad de la Señora Angélica Cabello, Don Everardo Torres Mosquito, propietario del negocio, se vio obligado a vender la balanza y hoy no se conoce su destino, pero este artefacto quedó en la memoria de quienes la conocieron y bautizaron con su nombre a todo un barrio de La Libertad, capital de COMAS.
Don Everardo, quién falleció el año 2004 y doña Angélica, que se encuentra delicada de salud, nacieron en el distrito de Huaros, provincia de Canta. Los hijos de este matrimonio, continúan con esta emblemática bodeguita comeña. Ya no quedan rasgos de las chozas; las arterias de la Habana y Puno de hoy lucen asfaltadas y cuentan con un tráfico vehicular regular.
Créditos: Marco Carmona Y.

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